#9

#21

Te lamí y lamí.
Era el día y la hora señaladas.
Te cargué encima de la mesa
y nos condensamos en ella, hechos gota.

Quítame las manchas de los dientes,
quítamelas de las orillas,
límpiame los sentidos.

#22

Acribillado, contemplo tu galaxia arbitraria
y resbalo por el mármol y sus crostas,
por las piedras con olor de eucalipto
y por los caparazones.

Me besaste la mejilla mientras resbalaba...

Vuelvo a casa con el pie de acero,
yo, que era el vagabundo que miró cuando pasaba la princesa,
y me abollas los callos y chocamos otra vez:
Como Hera y Zeus
una y otra vez.

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