#15
#38
No convergen en mí las luces ni las acequias,
salen de mí.
Salen de mí y duelen.
Olía a nostalgia
hasta que me echaste el polvo en la agua,
las sombras en los haces;
hasta que me quitaste los espejos y reflejos.
Sonaba a ruido.
Tenía el espacio-tiempo deformado
y el mundo parecía una estrella de mar.
#39
Para qué me molesto en beber,
al poco me haré ceniza,
flotando en el mar...
y me comerán los peces de ciudad
que solo comen las gaviotas;
si nadie me leerá.
Sólo en ti quedaré grabado,
como un fuego en la madera,
demasiado fácil.
#40
Me como lo que me ponen por delante.
Dime a cómo va el gramo de tu pelo.
Tírame las columnas y déjame
a la altura de tus piernas
y déjate hacer.
Dame el visado pa' meterme,
que te traigo canela y azúcar,
palmas, agua benita y condones.
Te traigo lo que quieras.
No convergen en mí las luces ni las acequias,
salen de mí.
Salen de mí y duelen.
Olía a nostalgia
hasta que me echaste el polvo en la agua,
las sombras en los haces;
hasta que me quitaste los espejos y reflejos.
Sonaba a ruido.
Tenía el espacio-tiempo deformado
y el mundo parecía una estrella de mar.
#39
Para qué me molesto en beber,
al poco me haré ceniza,
flotando en el mar...
y me comerán los peces de ciudad
que solo comen las gaviotas;
si nadie me leerá.
Sólo en ti quedaré grabado,
como un fuego en la madera,
demasiado fácil.
#40
Me como lo que me ponen por delante.
Dime a cómo va el gramo de tu pelo.
Tírame las columnas y déjame
a la altura de tus piernas
y déjate hacer.
Dame el visado pa' meterme,
que te traigo canela y azúcar,
palmas, agua benita y condones.
Te traigo lo que quieras.
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